lunes, 25 de mayo de 2009

Fausto



<<- La vida late de nuevo en el pulso con fragor irresistible. Mis energías se remontan, y una íntima aspiración a la más elevada existencia me conmueve. El bosque entero tiene nuevo vigor, y de las hojas caen temblorosas perlas de rocío, trocándose todo cuanto me rodea en un paraíso. ¡La luz, la claridad, el sol! La horrible lucha se ha convertido en sublime anhelo. Al querer encender la antorcha de la vida, me vi envuelto en un mar de fuego. El amor, el odio, cesan para revestir la tierra de sus alas juveniles. El hombre, en sus afanes, es como un cambiante arco iris que acaba perdiéndose en el aire; pero en esos bellos colores se halla nuestra vida>>.

© Goethe.

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